miércoles, 15 de septiembre de 2010

Julio Racioppi, un recuerdo por mi maestro

En estos días de setiembre, entre el 11- día del maestro- y el 21, -día del artista plástico y del profesor, bien vale un recuerdo para mi maestro: Julio Racioppi.

Profesor de muchas generaciones de artistas y maestros de arte, de licenciados y másters, "el profe Julio", como le decíamos en la Cárcova y en la Pueyredón, nos dejó su cálido recuerdo y su testimonio de vida a través de su obra artística de gran belleza estética.

El texto lo escribió Mauro Andrés Maccio para el Semanario Noticias Urbanas.

Julio Racioppi
El adiós a un importante artista local

Por Mauro Maccio

En la introducción de Sueño con serpientes, citando al dramaturgo alemán Berthold Brecht, el cubano Silvio Rodríguez apunta una frase que me viene a la memoria a la hora de recordar al artista Julio Racioppi. “Hay hombres que luchan un día y son buenos; hay otros que luchan un año, y son mejores; hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos; pero están los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”. Y a éste último grupo pertenecía Racioppi, quien falleció sorpresivamente, a los 73 años, el pasado viernes 25 de junio.

Su vida, sencilla y humilde, transcurrió entre sus dos pasiones: la pintura y la docencia. Porteño de nacimiento, portador de un carácter austero y callado, Racioppi realizó sus primeros pasos en la pintura en la escuela de bellas artes “Manuel Belgrano”, y se perfeccionó primero en la escuela nacional “Prilidiano Pueyrredón”, y luego en la superior “Ernesto de la Cárcova”. En ésta última institución –la única escuela de posgrados de arte de Latinoamérica- ejerció como profesor hasta el cierre definitivo de sus puertas, que se hizo efectivo en 2008. A partir de allí y hasta sus últimos días, el profe Julio, como se lo conocía afectivamente entre sus alumnos, dictaba clases de pintura en los cursos de extensión del IUNA.

Su pintura, siempre figurativa, impacta a primera vista por el excepcional uso de la luz y los contrastes entre planos de color que ésta genera. A la manera de Hopper, Racioppi retrata paisajes urbanos y escenas corrientes como fachadas de edificios, un transeúnte cruzando una esquina o alguna calle transitada por autos y colectivos. Como en Hoppper, la luz natural va trazando los volúmenes, sintetiza las figuras, las geometriza, y le imprime al clima general del cuadro una rara mezcla que fluctúa entre la sensación de lo impersonal y un sentimiento de tibia calidez. Y se vuelve protagonista. No es casual que Racioppi prefiera enmarcar sus escenas en la potente luz de la media mañana o bien la de los atardeceres, en los que el sol genera en los objetos un fuerte contraste natural.

Una muestra de esto es Por las calles de Buenos Aires, una pintura de Racioppi que forma parte de la exposición “Serás… lo que debas ser”, que organizó el museo porteño Eduardo Sívori en el marco de los festejos por el Bicentenario de la Revolución de Mayo. Esta exposición –que se puede ver hasta el 1 de agosto- reúne obras, algunas de ellas inéditas, de 27 artistas argentinos consagrados, entre los que se destacan, además de Racioppi, Juan Doffo, Diana Dowek, Daniel Santoro, Hugo Sbernini y Marcia Schvartz.

“Por las Calles…” fue concebida por Racioppi en 1982, inspirada en una manifestación espontánea que se generó en Plaza de Mayo en los efervescentes días de la Guerra de Malvinas, y que el propio artista presencio. Como anticipando el bicentenario, la pintura vuelve a primer plano, se vuelve actual. Son la multitud y un innegable sentimiento patriótico los verdaderos protagonistas del cuadro, como el mismo Racioppi recuerda en un texto que acompaña la obra: “La idea de su composición fue que todas las figuras tuvieran el mismo protagonismo, y que fueran un centro en sí mismo. Presencia de gente con banderas argentinas y de otros lugares de América en un clima de hermandad latinoamericana”.

“Serás... lo que debas ser”. Hasta el 1º de agosto.
Museo Eduardo Sívori Av. Infanta Isabel 555
(frente al puente del Rosedal de Palermo).

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